jueves, 23 de abril de 2020

BINTA Y LA GRAN IDEA

Después de haber recibido este cortometraje como un verdadero regalo, me dispongo a analizar los 5 conceptos de la educación para el desarrollo que se han tenido en cuenta a la hora de transmitir la información y en qué partes de la historia.

1. Interdependencia. El director nos muestra las conexiones entre Senegal y el "mundo tubab", cuando Souleyman le habla al padre de Binta sobre los adelantos que tiene Europa con respecto a la pesca. Es curioso cómo alude a que Dios ha querido darle la inteligencia a los europeos. Aquí se ve claramente cómo el padre de Binta empieza a ser consciente de todo lo que se tiene y de lo poco que vale, cuando suena la alarma del mediodía del reloj, que principalmente parece un invento genial y que falla a los dos días. También empieza a poner en marcha su idea cuando Souleyman habla de la bomba atómica como un progreso.

2. Cambios y futuro. Sin duda, considero que es el punto mejor tratado del cortometraje. Generalmente nos encontramos con situaciones que sentimos que no podemos cambiar y eso creemos que les va a pasar a los niños y niñas. Creemos que necesitan nuestros consejos y forma de proceder para todo. Aquí se nos muestra cómo de la cabeza de unos niños y niñas que no están de acuerdo con una situación, y de una guía como es "el teatro nos sirve para todo" surge un método de actuación, que tienen claro dará sus frutos.

3. Justicia social. esta es una de las partes que considero siempre más delicada. Como persona, tengo la necesidad de luchar contra las injusticias que me rodean. Como docente, tengo que lograr transmitir ese valor que considero tan importante, pero pasando el filtro de la no frustración. Es lo que más me cuesta.
Viendo situaciones como la del timo con la fruta o como la de Soda, tiendo a enfadarme. Esa rabia creo que es un motor de actuación, en mi caso, pero puede no ser tan fructífero si se lo transmito a los niños y niñas, si no les doy una solución a ello. Por eso, precisamente, me ha encantado cómo se muestra en el corto. Aparece la injusticia, aparece la impotencia, pero hay alguien que tiene una idea para combatir este tipo de situaciones futuras: la educación.

4. Imágenes y percepciones. Este concepto no lo he visto tanto en imágenes como en una frase que dice "obtienen tantos peces que no se preocupan los unos de los otros". Creo que la frase en sí misma choca, puede resultar contradictoria si no recapacitas, pero define a la percepción un tipo de dinámica.
Una de las escenas que me ha gustado mucho es cuando Binta dice que le encanta el collor carne y coge el marrón. Creo que a los niños y niñas les podría hacer pensar. Me recuerda al día en el que llevé una colección de colores carne que tienen todas las gamas, desde el blanco rosado hasta el marrón oscuro y se pedían la pintura diciendo -"pásame el color carne"-,-"¿cuál?-.

5. Conflictos y solución. Como he indicado antes, la forma de resolver el conflicto por parte de los niños y niñas mediante el teatro es absolutamente envidiable. Consiguen hacer presión, habiendo tenido una organización previa.
Del mismo modo, el padre de Binta consigue llevar a cabo su propuesta gracias a la niña, que sabe escribir. Es la mejor forma de ver, por un lado, la importancia de la educación y, por otro, la importancia de los niños y niñas en sí mismos.


Aludiendo a los sentimientos que puede suscitar el corto y el impacto de estos sobre el aprendizaje, voy a hacer una comparación con respecto al cortometraje "La vida efímera".
Cuando hablé de dicho corto, aludí a mi dificultad como docente a la hora de abordar ese material sin llevar al alumnado a una situación de frustración, tristeza e impotencia. Aún así, me parece una delicia, apta solo para la reflexión adulta.
Con este, sin embargo, considero que pueden salir a la luz más ganas de actuar y más adaptadas al aquí y ahora del aula. Dar importancia a lo que tenemos, pero sin caer en "pobrecitos los africanos" es algo que considero de vital importancia, En este caso, son ellos y ellas quienes nos enseñan cómo actuar ante sus propias situaciones de injusticia, sin necesidad de que los blancos les salvemos.


Por último y, tras leer la nota del director, sigo con la idea que he tenido desde el primer momento. Este corto no podría haberse realizado con actores ajenos a ese mundo. Es como si en una película sobre la etnia gitana contratas actrices que finjan su acento y costumbres. No concibo la muestra de una realidad sin que sea real.
Nadie puede mostrarnos lo que es suyo mejor que ellos y ellas mismas, ¿no? sus costumbres, su día a día, sus bailes, su organización familiar o escolar... de haber sido diferente, se habría vuelto a caer en un paternalismo e intrusismo al que estamos muy acostumbrados, pero que es todo menos pedagógico.

LA VIDA EFÍMERA



Tras el visionado del corto La vida efímera, de Pere Joan Ventura, nos encontramos con un ejemplo perfecto de comunicación sobre el desarrollo. Si bien es cierto que no ser algo fatalista cuando eres consciente de la realidad de una manera tan cercana es difícil, es la mejor forma de poder hacer una reflexión posterior como toma de conciencia directa y absoluta.

El autor de este cortometraje nos da información, nos ayuda a conocer la realidad de los hospitales de Malabo, la realidad de las familias y de los niños y niñas, nos comunica de una manera directa las muertes que se suceden y nos muestra la situación de los sanitarios y su impotencia ante la falta de medios. Aquí estarían presentes los contenidos acerca del desarrollo, uno por uno. Faltaría la parte en la que nos toca actuar.

Como comentaba antes, es complicado tener una reacción fría o de imaginarse una propuesta de actuación, ya que no estamos hablando de conflictos fácilmente solucionables y que  estamos viendo cómo se acaban vidas que valen lo mismo que las nuestras. Considero que, en una situación de pandemia como la que estamos viviendo, donde estamos viendo cómo mueren más personas de las que estamos acostumbrados, un corto así nos da de bruces con una realidad que siempre ha existido, pero a la cual no prestábamos tanta atención. La parte positiva de esto, es que nos hace más conscientes. La parte negativa, el sentimiento doble de frustración al no saber cómo podemos actuar.
Digamos que muestra una realidad, pero no una posible vía para el cambio.

Este cortometraje, como maestra de primaria, no lo compartiría en el aula con mi alumnado. Están en una etapa en la que no sabrían cómo gestionar algo así. Cuando comparto una información, por delicada que sea, me aseguro de que voy a saber llevar la sesión, darles oportunidad de participar de manera activa y poderles dar la opción de "cambiar algo" de lo que ven y no les parece justo. En este caso y, de este modo, es imposible.
Creo que este cortometraje lo compartiría a partir de los 16 años y con una reflexión guiada de la mano. Si no, podríamos caer en "la fatalidad, el sensacionalismo o la frustración".

jueves, 16 de abril de 2020

NO ERES MENOS QUE UNA NIÑA


¿Cómo que no soy más que un niña? Ni siquiera soy el futuro, ¡soy el presente!. El aquí y el ahora. La voz de una generación, de un país, de un pueblo, de una familia, de mi realidad. Y mi realidad ha sido, a veces, mucho más dura que la de un pueblo entero. He vivido cosas que me han enseñado a apreciar unos valores que olvidáis los adultos. Por eso soy tan necesaria. Porque no estoy cargada de prejuicios, no considero que estar calladita sea una opción ahora mismo porque mi supervivencia, la de mi familia, la de la naturaleza, o el amor que nos mueve, prima ante cualquier cosa.

Esto es lo que me gustaría que pudieran gritar los niños y niñas que he visto en los vídeos. No todas las situaciones son las mismas ni sus vivencias se pueden equiparar, pero lo que parece moverles es EL CAMBIO.
Realmente no me sorprende nada de lo que he leído. Les admiro, a todos y todas. Pero no me sorprende. Mis años de docencia me han enseñado a nunca subestimar el poder de un menor. Cada día que voy al trabajo, soy consciente de que saldré con una lección aprendida. Quizás aprenda yo más que ellos y ellas.

Si hay algo que tenemos que tener en cuenta, creo, es dejar de ver a los niños y niñas como un proceso para algo que serán. Ya son. Y en nuestra mano está guiarles para ese proceso hacia lo que quieren continuar siendo.

miércoles, 15 de abril de 2020

MOTIVOS POR LOS QUE ME HE APUNTADO AL CURSO

Cuando te animan, desde el centro, a hacer un curso online, lo primero que piensas es "Oh, no, ¿otro?". Por eso, espero conseguir esa motivación que no suelen darme los cursos no presenciales ya que, como docente, disfruto más experimentando que detrás de una pantalla.

He aquí mis motivaciones:

- Ser plenamente consciente (más, si cabe) de lo que implica trabajar con niños y niñas en una de las etapas más importantes de su desarrollo: la niñez.

- Compartir experiencias con otros y otras docentes y colaborar en nuestra práctica diaria.

- Ser capaz de transmitir los derechos que le corresponden a cada niño o niña de mi aula, para que les sirva como herramientas de cara a la vida, a las injusticias sociales y encuentren el mundo un lugar acogedor.

MI PLAN DE ACCIÓN mola mogollón.

Este plan de acción está planteado para un Centro Educativo con etapas de infantil, primaria, EBO, PP, PTVA , en las cuales conviven alumno...